Desde muy pequeño, aquel morenito de la Avenida Grau de Barranca, era solicitado para jugar los torneos de fulbito, ya como arquero o como defensa. Y que bien que respondía. Era un guerrero de la cancha, pero con calidad. Ello valió que desde chico vaya logrando sumar más y más amigos. Moisés Hernán Dávila Paz, el “Negro Hernán” para el común de la gente, luego se hacía de un nombre en el fútbol a través de las diversas camisetas que vestía en las ligas de la Provincia, así como las selecciones también. Pero hubieron dos camisetas que las lleva impregnadas en la piel, su José Olaya de toda la vida y el Juventud Progreso, donde dejó su sello característico.
Pero no solo el fútbol lo atraía, sino que el Básquet era otra disciplina que lo apasionaba. Con la Alameda Grau recorrió cuantas canchas, haciendo malabares y piruetas con otro predestinado como “Toto” Carazzas, bueno, había un tremendo grupo con èl. Esa calidad y potencia en el deporte de las canastas lo llevó a integrar las filas del Alianza Lima, que privilegio no.
Posteriormente, buscando superación se fue a Estados Unidos, y luego de muchos años ha regresado, primero, para encontrarse con los suyos y luego, para celebrar sus cincuenta años.
El primer día de abril, cuando se da esta celebración, se a reunido por la tarde en las instalaciones del Club Unión Barranca, con sus compañeros de canchas y luego por la noche, la fiesta fue a todo dar en el Salón de Recepciones Taol. Sin lugar dudas el “Negro” se merecía esta alegría por sus cincuenta, y bueno, que vengan muchos años más.
