Ahora que esta de fiesta el fútbol mundial nos permitimos hacer una comparación y nos damos cuenta de cuan lejos estamos de tener una organización de esa índole.
Sistemático en todos sus puntos. Desde la inauguración hasta el comportamiento de sus espectadores.
Estas personas realmente van a un estadio mundialista a disfrutar del espectáculo que brindan los protagonistas del mismo.
Que diferencia con los que asisten ocasionalmente a un encuentro de Copa Perú. Violencia total en las tribunas, desde la violencia verbal hasta la violencia física.
Lamentablemente esta violencia es ocasionada por casi todos los que estamos metidos dentro del fútbol. Desde los dirigentes, quienes con sus cobardes sanciones dan luz verde para que tanto desadaptado haga lo que le da la gana en las tribunas, o a cualquier jugador que intimide mediante solapados insultos y amenazas a tanto mediocre árbitro que dirige un encuentro, y estos últimos que definitivamente deberían dedicarse de una vez por todas a otra cosa que no requiera virilidad ni demostración de autoridad puesto que no la tienen.
Y de los hinchas ni que decir. En su mayoría mujeres, son quienes están incentivando, con sus desatinados y estúpidos reclamos a que se genere un clima de extrema violencia en cada encuentro de Copa Perú. Me pregunto si sus maridos, esposos o cualquiera que sea la condición de sus parejas no tienen los pantalones bien puestos como para hacerle entender del ridículo que hacen y peor aún, de lo que pueden generar con tan miserables actos. Lo triste es que ahora lo hacen delante de sus hijos y en ellos van sembrando la semilla de la violencia, una semilla que seguirá fortaleciéndose, si estos personajes ven estos actos como algo que los inmortaliza como héroes deportivos y no tienen la capacidad de darse cuenta cuan lejos están de la verdad.
Si hasta se ponen a retar a otras hinchas a liarse a golpes con palabras por demás de obscenas y degradantes. Jamás en mi vida de espectador de fútbol he escuchado tantísima grosería venida de boca femenina. Y los desafíos no van solo hacia las agresiones físicas sino que en el colmo de su ignorancia y pobreza cultural se atreven a retar sexualmente a sus rivales. Hasta donde vamos a llegar. Si antes mirar un partido de fútbol era un agrado a la vista, ahora es un desagrado a los oídos, y un fundamentado temor a ser agredido esta haciendo que gente de bien se ausente de los escenarios ya que a ellos solo asistan en su mayoría gente de mal vivir, cuyo único interés es descargar con alguien sus miserias de vida.
Estos señores que se dicen hinchas, asisten a un estadio con el firme propósito de descargar sus penas y frustraciones personales con el primero que se les cruce y entre ellos figuran sus propios jugadores, a quienes les mentan la madre hasta el cansancio y los insultan tildándolos de lo que probablemente ellos, los hinchas hagan continuamente; desde "fumones" hasta "cachudos", con el debido respeto de usted, amigo lector, pero es la pura verdad. Entonces si a sus propios jugadores les gritan estas cosas, imagínense que le dirán a sus rivales.
En un estadio, se sancionaron ejemplarmente a clubes cuyas arengas y gritos estaban orientados a ofender la raza de los jugadores, es decir manifestaron un claro sentimiento racista y eso esta penado con el pago de hasta 4 UIT. Pero solo fue un estadio en el que se han sancionado estos actos. Y en los demás porque no se hace. Quizás sea por falta de calidad dirigencial para saber que elementos de justicia aplicar para terminar con estas situaciones vergonzosas.
Y hay un ente que no se puede escapar del acto de la culpabilidad por tanta violencia, y en esta ocasión no vamos a culpar directamente a los árbitros pero si a quienes están a cargo de ellos. La COPAR de Barranca. No entendemos como puede ser nombrado como árbitro central un tipo que demostró durante toda su vida arbitral que no posee la autoridad, hombría y ni siquiera la capacidad de diferenciar entre una falta a favor o en contra. Y es que siempre mostro su temor de ser agredido física o verbalmente y entonces sacaba a quien mas gritaba. Si hasta salió corriendo en dos oportunidades desde el medio campo hasta algún camarín en donde cobijarse de, según él, las agresiones que le hacían. Parece que veía muchos fantasmas.
Es inexplicable el criterio que utilizan los miembros de esta comisión para nombrar árbitros. Quizás utilicen el mismo que utilizaban anteriores comisiones..."Nos encontramos en el bar de la esquina, y allí te nombro". Por favor señores de la COPAR, ya basta de padrinazgos o mejor dicho de compadrazgos, por que hasta para eso han perdido el respeto. Los que amamos el fútbol no nos merecemos ver árbitros cuyo único espectáculo es su prominente barriga, su desesperante lentitud, o su engreído comportamiento. Esto también provoca a los espectadores a generar el clima de violencia en el que se desarrolla los partidos de Copa Perú en Barranca.
Señores dirigentes hagan algo por cambiar estas situaciones y no miren la Liga Provincial como el cajero de donde saciaran tus ambiciones personales.
Hasta la próxima...
YAMASAKI
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