Cuando un futbolista deja de ser noticia en el campo de juego y comienza a generar portadas fuera de ella, es –casi seguro- sinónimo que algo no está bien, a excepción de Beckham, claro está, que parece ser la excepción a la regla.
En estas dos últimas semanas el caso de la empresa IMAGE ha generado un terremoto tanto en el fútbol peruano como en el alemán, donde el presidente del Werder Bremen, Jürgen Born, decidió apartarse del cargo mientras dura una auditoria a su gestión, tras confirmar que recibió dinero del agente peruano Carlos Delgado en el 2001.
El tema de los representantes de jugadores nunca ha sido claro en ninguna parte del mundo, en especial en Latinoamérica, y peor en nuestro país, donde nada parece ser transparente cuando de fútbol se trata.
Tras un lío de carácter familiar (divorcio de Delgado y su señora) que traspasó las fronteras de la intimidad, se dieron a conocer una serie de documentos que involucraban a IMAGE en negocios turbios, lo que derivó en una investigación de evasión tributaria por parte de la fiscalía peruana.
Según la denuncia, IMAGE habría declarado montos menores a los recibidos por transferencia de jugadores, quedándose con la mayor parte del dinero, además de –supuestamente- haber pagado jugosos sobornos a algunos dirigentes de los clubes involucrados y haber creado empresas ‘fantasmas’ en el exterior para evitar el pago de impuestos en el Perú.
Sin embargo lo que más llamó la atención fue la supuesta participación de Claudio Pizarro como socio de la empresa, lo cual no solo está mal visto, sino que la FIFA no permite esta dualidad de funciones. No se puede ser jugador y empresario a la vez, no hay forma.
Imagínate que tú tengas acciones de una agencia que trae al técnico del equipo donde juegas, quien además convoca a varios de los jugadores que representas. ¿No se vería mal y poco ético? Y esto aparentemente se habría dado durante la era de Autuori en la selección, época durante la cual Claudio habría tenido acciones en IMAGE, según señalan investigaciones periodísticas.
Actualmente el caso está en manos de la Fiscalía por la parte legal y de la FIFA en el plano deportivo. Si el máximo ente del fútbol mundial determina que Claudio actuó como agente en el traspaso de jugadores podría sancionarlo drásticamente por un claro conflicto de intereses.
De encontrarse culpables, sería el fin deportivo de la carrera de Pizarro, quien podría ser sancionado por varios meses, así como de Delgado, que podría perder su licencia.
Que se aclare este tema por el bien del fútbol peruano, que cada vez que es noticia, es por un hecho negativo y vergonzoso.
KIKE GILES
En estas dos últimas semanas el caso de la empresa IMAGE ha generado un terremoto tanto en el fútbol peruano como en el alemán, donde el presidente del Werder Bremen, Jürgen Born, decidió apartarse del cargo mientras dura una auditoria a su gestión, tras confirmar que recibió dinero del agente peruano Carlos Delgado en el 2001.
El tema de los representantes de jugadores nunca ha sido claro en ninguna parte del mundo, en especial en Latinoamérica, y peor en nuestro país, donde nada parece ser transparente cuando de fútbol se trata.
Tras un lío de carácter familiar (divorcio de Delgado y su señora) que traspasó las fronteras de la intimidad, se dieron a conocer una serie de documentos que involucraban a IMAGE en negocios turbios, lo que derivó en una investigación de evasión tributaria por parte de la fiscalía peruana.
Según la denuncia, IMAGE habría declarado montos menores a los recibidos por transferencia de jugadores, quedándose con la mayor parte del dinero, además de –supuestamente- haber pagado jugosos sobornos a algunos dirigentes de los clubes involucrados y haber creado empresas ‘fantasmas’ en el exterior para evitar el pago de impuestos en el Perú.
Sin embargo lo que más llamó la atención fue la supuesta participación de Claudio Pizarro como socio de la empresa, lo cual no solo está mal visto, sino que la FIFA no permite esta dualidad de funciones. No se puede ser jugador y empresario a la vez, no hay forma.
Imagínate que tú tengas acciones de una agencia que trae al técnico del equipo donde juegas, quien además convoca a varios de los jugadores que representas. ¿No se vería mal y poco ético? Y esto aparentemente se habría dado durante la era de Autuori en la selección, época durante la cual Claudio habría tenido acciones en IMAGE, según señalan investigaciones periodísticas.
Actualmente el caso está en manos de la Fiscalía por la parte legal y de la FIFA en el plano deportivo. Si el máximo ente del fútbol mundial determina que Claudio actuó como agente en el traspaso de jugadores podría sancionarlo drásticamente por un claro conflicto de intereses.
De encontrarse culpables, sería el fin deportivo de la carrera de Pizarro, quien podría ser sancionado por varios meses, así como de Delgado, que podría perder su licencia.
Que se aclare este tema por el bien del fútbol peruano, que cada vez que es noticia, es por un hecho negativo y vergonzoso.
KIKE GILES
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