Muy pocos periodistas suelen resaltar las buenas cosas que realizan los clubes de nuestro alicaído fútbol. Es verdad también que hay muy pocas cosas que sirvan de verdadero ejemplo a seguir.
En un apartado se encuentra la Universidad de San Martín que, en menos de 10 años, a logrado cosechar triunfos que a los demás les a costado décadas conseguir.
Lo triunfos no provienen de la suerte ni de una ayuda divina, sino de un trabajo serio tanto en lo institucional como en lo futbolístico. En Perú existe la extraña manía que los equipos no ven trabajos a largo plazo y cambian de entrenador cada semana y los futbolistas cambian tanto de equipos que, al final de sus carreras, han pasado casi por todos los equipos, salvo excepciones.
La San Martín mantuvo un entrenador durante 5 años y pudieron haber sido más si el propio entrenador no hubiera renunciado. Años en los cuales logró triunfos importantes como dos títulos nacionales, además supo dar la cara en un torneo tan importante como la Copa Libertadores, ganándole a históricos como el River Plate de la Argentina en varias oportunidades en diferentes ediciones y dejándolo en la fase de grupos en la última.
Pero en esto tiene mucho que ver el mantener una plantilla que la mayoría ya lleva muchos años juntos caso Butrón, García, Ballón, Hinostroza, etc. También tiene que ver el tema de saber escoger los refuerzos internacionales y en eso la USMP ha demostrado tener buen ojo. Hoy cuenta con “Pepe” Díaz, un volante argentino de muy buena técnica y el también argentino Ludueña, delantero de muy buen ver, que son dos de los extranjeros que más tiempo llevan en el club y que han aportado cosas positivas a nuestro futbol.
La San Martín quizás no tenga seguidores, pero en cuanto a organización y trabajo serio gana por goleada a los demás equipos de nuestro país. No tiene nada que envidiar a muchos equipos del exterior, salvo en lo económico.
Vivo en España y e visto que los equipos ingleses tienen el mismo método de trabajo que este club y cada año se plantan en las instancias finales de la Liga de Campeones por eso estoy seguro que cosechará grades logros si sigue por este camino.
En un apartado se encuentra la Universidad de San Martín que, en menos de 10 años, a logrado cosechar triunfos que a los demás les a costado décadas conseguir.
Lo triunfos no provienen de la suerte ni de una ayuda divina, sino de un trabajo serio tanto en lo institucional como en lo futbolístico. En Perú existe la extraña manía que los equipos no ven trabajos a largo plazo y cambian de entrenador cada semana y los futbolistas cambian tanto de equipos que, al final de sus carreras, han pasado casi por todos los equipos, salvo excepciones.
La San Martín mantuvo un entrenador durante 5 años y pudieron haber sido más si el propio entrenador no hubiera renunciado. Años en los cuales logró triunfos importantes como dos títulos nacionales, además supo dar la cara en un torneo tan importante como la Copa Libertadores, ganándole a históricos como el River Plate de la Argentina en varias oportunidades en diferentes ediciones y dejándolo en la fase de grupos en la última.
Pero en esto tiene mucho que ver el mantener una plantilla que la mayoría ya lleva muchos años juntos caso Butrón, García, Ballón, Hinostroza, etc. También tiene que ver el tema de saber escoger los refuerzos internacionales y en eso la USMP ha demostrado tener buen ojo. Hoy cuenta con “Pepe” Díaz, un volante argentino de muy buena técnica y el también argentino Ludueña, delantero de muy buen ver, que son dos de los extranjeros que más tiempo llevan en el club y que han aportado cosas positivas a nuestro futbol.
La San Martín quizás no tenga seguidores, pero en cuanto a organización y trabajo serio gana por goleada a los demás equipos de nuestro país. No tiene nada que envidiar a muchos equipos del exterior, salvo en lo económico.
Vivo en España y e visto que los equipos ingleses tienen el mismo método de trabajo que este club y cada año se plantan en las instancias finales de la Liga de Campeones por eso estoy seguro que cosechará grades logros si sigue por este camino.
Wilmer Cruz García
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