" te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao"
canción popular
Lo cierto, es que la ciudad se detenía y brotaba una atmosfera de esperanza y de crecida triunfadora; era la mirada inmediata lo que pesaba, ganarle a los argentinos, jugar de modo ofensivo y sin estereotipo de perdedor, no importaba ni el lugar de ubicación en la tabla, ni importaban nuestros lesionados jugadores. Ya los medios de comunicación han construido en nosotros el rudo pragmatismo que marea nuestras virtudes y hace parapetos circulares para vivir de desenlaces inmediatos; que importa, ahora estamos con los " cuatro fantásticos, "que Cubillas, que Sotil. Estaba “Cachinho” Ramírez y su toque genial; Guerrero y su ingreso de final; el ras del suelo con pelota de Lobatòn; la bravura de Zambrano; Cruzado y sus cruzadas de izquierda; la velocidad de Advincula ; la “Culebra” Carrillo, Yotun, éramos todos, Perú. Siempre en las fronteras de la victoria, siempre fallando el penal decisivo, las huidas permanentes de nuestras victorias, el tiro al palo como para un libro de drama y angustia; un partido con un Messi convertido en una pulga, una nimiedad obstruida de futbol talentoso, éramos todos Perú. Las calles, sus gritos y sus canticos, el comentario apasionado y los hipotéticos e irreales resultados. Fue un partido emocionante, deslumbrador y de tarjetas amarillas, pero es innegable que festejamos, salimos del estadio purísimo contentos, salimos de la televisión entonados de ánimos positivos, es el fútbol, es la cohesión social desde el futbol.
Ahora se vienen otros peldaños, que importa, llegara lo inmediato y desfilaremos con el futbol, sigue Perú, atrapados en lo inmediato, vamos Perú, hasta quemar el último cartucho, y la noche se hace lenta, por esta alegría, un empate descuartizador, propia de pishtacos sueltos, pero la ciudad está muy alegre, es nuestro país y sus grandes circunstancias, por ahí vamos midiendo las inquietudes de renovación.
MARIO ALVA
canción popular
Lo cierto, es que la ciudad se detenía y brotaba una atmosfera de esperanza y de crecida triunfadora; era la mirada inmediata lo que pesaba, ganarle a los argentinos, jugar de modo ofensivo y sin estereotipo de perdedor, no importaba ni el lugar de ubicación en la tabla, ni importaban nuestros lesionados jugadores. Ya los medios de comunicación han construido en nosotros el rudo pragmatismo que marea nuestras virtudes y hace parapetos circulares para vivir de desenlaces inmediatos; que importa, ahora estamos con los " cuatro fantásticos, "que Cubillas, que Sotil. Estaba “Cachinho” Ramírez y su toque genial; Guerrero y su ingreso de final; el ras del suelo con pelota de Lobatòn; la bravura de Zambrano; Cruzado y sus cruzadas de izquierda; la velocidad de Advincula ; la “Culebra” Carrillo, Yotun, éramos todos, Perú. Siempre en las fronteras de la victoria, siempre fallando el penal decisivo, las huidas permanentes de nuestras victorias, el tiro al palo como para un libro de drama y angustia; un partido con un Messi convertido en una pulga, una nimiedad obstruida de futbol talentoso, éramos todos Perú. Las calles, sus gritos y sus canticos, el comentario apasionado y los hipotéticos e irreales resultados. Fue un partido emocionante, deslumbrador y de tarjetas amarillas, pero es innegable que festejamos, salimos del estadio purísimo contentos, salimos de la televisión entonados de ánimos positivos, es el fútbol, es la cohesión social desde el futbol.
Ahora se vienen otros peldaños, que importa, llegara lo inmediato y desfilaremos con el futbol, sigue Perú, atrapados en lo inmediato, vamos Perú, hasta quemar el último cartucho, y la noche se hace lenta, por esta alegría, un empate descuartizador, propia de pishtacos sueltos, pero la ciudad está muy alegre, es nuestro país y sus grandes circunstancias, por ahí vamos midiendo las inquietudes de renovación.
MARIO ALVA
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