Por:
Enrique Bazalar Núñez.
El
5 de abril de 1819 en Supe, se gestó el primer grito libertario,
declarando su independencia Francisco Vidal y un grupo de valientes supanos;
sin embargo, es bueno saber qué
significa la expresión "primer grito de libertad" dentro de su
contexto histórico. Es en realidad un proceso, que no significó el nacimiento
inmediato de la independencia de nuestro país,
sino que dio comienzo a un largo proceso de luchas por ella; en el que las fuerzas criollas
enfrentaron a las “realistas”, representantes de la corona española, que se resistían a abandonar sus dominios.
Durante
muchos años, se ha mantenido en silencio, la gesta de Francisco Vidal y de los ilustres
supanos que lo acompañaron. Un silencio
cómplice e inaudito. En los textos de
Historia, no se dedica un párrafo a esta gesta, como si los peruanos, hubiésemos tenido que esperar que llegara la Expedición Libertadora,
que encabezara el General José de San Martín, para ser libres.
Nosotros
no seríamos tan osados de decir que con Vidal y los supanos, se alcanzó la libertad en 1819,
pero si afirmamos, con todo derecho, que fue el
eslabón de una serie de acontecimientos que culminarían el 28 de julio
de 1821, en la Plaza Mayor de Lima y se coronarían, definitivamente, en los
campos de Junín y de Ayacucho en 1824.
No
podemos dejar de recordar que “fue un 5 de abril de 1819 donde un grupo de
hombres y mujeres se rebelaron contra el yugo
español y con valentía, dieron el Primer Grito de Libertad en el antiguo
Supe, hoy la Campiña; por tanto, rendimos tributo a Francisco Vidal y a ese
puñado de valientes supanos quienes contribuyeron a la gesta emancipadora en el
Perú”.
Estamos
cerca de cumplir el Bicentenario y, ¿cómo los supanos nos estamos preparando
para celebrarlo?, pensamos que debe hacerse un plan, para que pueda contribuir
a entender el pasado y así permitir mirar el presente con objetividad y podamos proyectarnos al futuro con mucha energía
y convicción, el 5 de abril del 2019, marcará el 200
aniversario del grito libertario y hay que recordar que esta gesta, fue
propulsora de un cambio político radical.
La idea del Bicentenario, es una buena ocasión para recordar el largo y difícil
camino que los derechos individuales de los peruanos están recorriendo hasta la
actualidad. Hemos sido testigos de tradición, rebeldía, resignación, razón, fe, dogma,
sueño, esperanza. Y quizás, hoy más que nunca, haya que seguir soñando que
siendo cuna de la civilización andina, cuna del primer grito libertario; seamos
cuna de un nuevo Perú.
Que,
el ejemplo de Francisco Vidal y un grupo
de supanos que lograron sembrar la primera semilla de libertad al gritárselo
al yugo español, un 5 de abril de 1819, no haya sido en vano; ¿cuánto hemos
crecido?, ¿cuánto de los objetivos de un desarrollo hemos logrado?, ¿cuánta
identidad hemos alcanzado?
Somos,
un distrito con una riqueza natural extraordinaria, valle que nos permite
contar con una diversidad de árboles frutales y una agricultura donde se
cultivan casi todos los cereales y tubérculos para la seguridad alimentaria,
con un mar rico, que satisface las necesidades alimenticias; fortalezas que nos
permiten contar con una cocina exquisita; sin embargo, hasta ahora, ¿Por qué seguimos
postrados en la indiferencia? ¿Por qué seguimos creciendo en el desorden, sin
posibilidades de realización para nuestros jóvenes y sin acceso a un trabajo
digno?; la respuesta está a la luz del día, no tenemos una visión de futuro que
la población, sus organizaciones, sus autoridades la sientan suya, la
desarrollen.
ES
HORA de cambiar de rumbo, de trabajar en base a un desarrollo sostenible y
sustentable, potenciar nuestra agricultura y pesca, capacitar a nuestros
jóvenes y parceleros, tecnificar el
campo, implementar proyectos productivos, insertarnos en una política de
inclusión económica y productiva, con una educación científica para la
producción y el trabajo. Transformar a
valles como Purmacana en un gran
corredor agroindustrial, darle a la Campiña de Supe, el valor de sus frutas y
comidas, potenciando el turismo ecológico; convertir al Valle de Caral en el auténtico Patrimonio Cultural de la Humanidad,
corredor turístico y cultural con infraestructura productiva de presencia nacional e internacional.
Supe,
debe sostener una economía planificada
con obras de impacto para la economía local, cada obra debe estar pensada y
ejecutada en base a nuestra visón de lo que queremos ser dentro de 20 a 25 años;
el ordenamiento territorial debe posesionar a zonas como El Porvenir y la Caleta Vidal,
en la puerta de entrada de la provincia de Barranca, con infraestructura
moderna que reciba a los turistas, los atienda y oriente;
San Nicolás debe recuperar su espacio agrícola.
¡Cuán
difícil es realizar el cambio en el modelo de desarrollo desordenado,
anacrónico, de disputas sin sentido! por un modelo como el legado de Caral,
ordenado, de convivencia armónica
entre el ser humano y la
naturaleza, con un elevado y eficiente
uso del territorio, con conciencia ciudadana de cambio y permanente
realización, donde nuestros hijos vivan en condiciones de seguridad y de
oportunidades. Este es el reto que tenemos ante el advenimiento del Bicentenario, que
los doscientos años nos encuentre con un distrito ordenado, con una
economía sostenible y con ciudadanos felices; es hora que se constituya una
Comisión y se elabore un plan para el Bicentenario, que asuma las
actividades. Asimismo, que trabaje en forma concertada una propuesta de
desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario