lunes, 12 de noviembre de 2012

BICENTENARIO DEL PRIMER GRITO LIBERTARIO

Por: Enrique Bazalar Núñez.

 El  5 de abril de 1819 en Supe, se gestó el primer grito libertario, declarando su independencia Francisco Vidal y un grupo de valientes supanos; sin embargo, es bueno saber qué significa la expresión "primer grito de libertad" dentro de su contexto histórico. Es en realidad un proceso, que no significó el nacimiento inmediato de la independencia de nuestro país,  sino que dio comienzo a un largo proceso de luchas por  ella; en el que las fuerzas criollas enfrentaron a las “realistas”, representantes de la corona española,  que se resistían a abandonar sus dominios.

 Durante muchos años, se ha mantenido en silencio, la gesta de Francisco Vidal y de los ilustres supanos  que lo acompañaron. Un silencio cómplice  e inaudito. En los textos de Historia, no se dedica un párrafo a esta gesta,  como si los peruanos, hubiésemos tenido que esperar que llegara la Expedición Libertadora, que encabezara el General José de San Martín, para ser libres.

Nosotros no seríamos tan osados de decir que con Vidal y los supanos, se alcanzó la libertad  en 1819, pero si afirmamos, con todo derecho, que fue el  eslabón de una serie de acontecimientos que culminarían el 28 de julio de 1821, en la Plaza Mayor de Lima y se coronarían, definitivamente, en los campos de Junín y de Ayacucho en 1824.

 No podemos dejar de recordar que “fue un 5 de abril de 1819 donde un grupo de hombres y mujeres se rebelaron contra el yugo  español y con valentía, dieron el Primer Grito de Libertad en el antiguo Supe, hoy la Campiña; por tanto, rendimos tributo a Francisco Vidal y a ese puñado de valientes supanos quienes contribuyeron a la gesta emancipadora en el Perú”.

 Estamos cerca de cumplir el Bicentenario y, ¿cómo los supanos nos estamos preparando para celebrarlo?, pensamos que debe hacerse un plan, para que pueda contribuir a entender el pasado y así permitir mirar el presente con objetividad  y podamos proyectarnos al futuro con mucha energía y convicción, el 5 de abril del 2019, marcará  el  200 aniversario del grito libertario y hay que recordar que esta gesta, fue propulsora de un cambio político radical.

La idea del Bicentenario, es una buena ocasión para recordar el largo y difícil camino que los derechos individuales de los peruanos están recorriendo hasta la  actualidad. Hemos  sido testigos de tradición,  rebeldía, resignación, razón, fe, dogma, sueño, esperanza. Y quizás, hoy más que nunca, haya que seguir soñando que siendo cuna de la civilización andina, cuna del primer grito libertario; seamos cuna de un nuevo Perú.

 Que,  el ejemplo de Francisco Vidal y un grupo de supanos que lograron sembrar la primera semilla de libertad  al  gritárselo al yugo español, un 5 de abril de 1819, no haya sido en vano; ¿cuánto hemos crecido?, ¿cuánto de los objetivos de un desarrollo hemos logrado?, ¿cuánta identidad hemos alcanzado?

 Somos, un distrito con una riqueza natural extraordinaria, valle que nos permite contar con una diversidad de árboles frutales y una agricultura donde se cultivan casi todos los cereales y tubérculos para la seguridad alimentaria, con un mar rico, que satisface las necesidades alimenticias; fortalezas que nos permiten contar con una cocina exquisita; sin embargo, hasta ahora, ¿Por qué seguimos postrados en la indiferencia? ¿Por qué seguimos creciendo en el desorden, sin posibilidades de realización para nuestros jóvenes y sin acceso a un trabajo digno?; la respuesta está a la luz del día, no tenemos una visión de futuro que la población, sus organizaciones, sus autoridades la sientan suya, la desarrollen.

 ES HORA de cambiar de rumbo, de trabajar en base a un desarrollo sostenible y sustentable, potenciar nuestra agricultura y pesca, capacitar a nuestros jóvenes y  parceleros, tecnificar el campo, implementar proyectos productivos, insertarnos en una política de inclusión económica y productiva, con una educación científica para la producción y el trabajo. Transformar  a valles como Purmacana  en un gran corredor agroindustrial, darle a la Campiña de Supe, el valor de sus frutas y comidas, potenciando el turismo ecológico; convertir al Valle de Caral  en el auténtico Patrimonio Cultural de la Humanidad, corredor turístico y cultural con infraestructura productiva de  presencia nacional  e  internacional.

 Supe,  debe sostener una economía planificada con obras de impacto para la economía local, cada obra debe estar pensada y ejecutada en base a nuestra visón de lo que queremos ser dentro de  20 a 25 años;  el ordenamiento territorial debe posesionar  a zonas como El Porvenir y la Caleta Vidal, en la puerta de entrada de la provincia de Barranca, con infraestructura moderna que reciba a  los  turistas, los atienda  y  oriente; San Nicolás debe recuperar su espacio agrícola.

 ¡Cuán difícil es realizar el cambio en el modelo de desarrollo desordenado, anacrónico, de disputas sin sentido! por un modelo como el legado de Caral, ordenado, de convivencia armónica  entre  el ser humano y la naturaleza, con un  elevado y eficiente uso del territorio, con conciencia ciudadana de cambio y permanente realización, donde nuestros hijos vivan en condiciones de seguridad y de oportunidades. Este es el reto que tenemos ante el  advenimiento del Bicentenario,  que  los  doscientos  años  nos  encuentre con un distrito ordenado, con una economía sostenible y con ciudadanos felices; es hora que se constituya una Comisión y se elabore un plan para el Bicentenario, que asuma  las  actividades. Asimismo, que trabaje en forma concertada una propuesta de desarrollo.

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