a Leonardo Favio, yo le sonreí y le quise hablar, adiós pibe nuestro.
El
Real Garcilaso que duda cabe resulta ser la novedad mayor de esta ultima
jornada deportiva, un equipo constituido
por jugadores que no son de terruño cusqueño, y que el sitial obtenido se
expresa a partir del otro; así se describe: el Sporting Cristal resolviendo a
dificultad su resurgimiento, la San Martin sin brújula alguna, el Juan Aurich encaminado
hacia atrás, y la U y el Alianza en sus dramas y angustias, por
sus recientes derrotas y recientes triunfos. El Real Garcilaso ha establecido
un fortín local, ha consolidado su espacio, ¿acaso se vuelve innecesario un
planteamiento de lo endógeno para el futbol? , necesitamos un efectivo sistema
deportivo descentralizado. El clamoroso
desempeño del Instituto Peruano del Deporte es ilustrativo, la preservación del
capital humano local es una exigencia que debe ser convertida en una
posibilidad de política pública, ojala que se pueda reflexionar y variar los
ritmos de inversión hacia estos propósitos. Por otro lado, Markarian diseña la filosofía
derrotista del futbol peruano; el uruguayo advierte nuestra decadencia y culminación
de un ciclo y derriba e l "espíritu creativo y emprendedor" de los
peruanos, obstruye al desarrollo con su decorada filosofía de la derrota. Deportes
10 evalúa y siente las dinámicas de la ciudad, y sucede que las ciclovias
recreativas se han convertido en simples cumplimientos de metas del Ministerio
de Economía y Finanzas y los Gobiernos Locales no promueven la importancia de
humanizar a la gente en su interacción con su propia ciudad, los estilos de
vida saludable y el combate a la tugurizaciòn urbana y la inseguridad. Se
necesita proyectos de inversión para propiciar recreación sana, espacios e
infraestructura y saber incorporar componentes temáticos de lo recreativo. Nuestros
alcaldes están abrumados con otras agendas, están solo defendiendo sus
vacancias con sello de enriquecimiento y corrupción personal, la gobernabilidad
tiene esta expresión de crisis y predomina el desconcierto y mayor desconfianza,
en fin vox populi vox die, la
voz del pueblo es la voz de dios. La ciudad suelta sus emociones, tiene
caminatas personales, una canción emocionante, guitarras escondidas, tremendas
e imaginarias. luego una tenebrosa tristeza, y los pasos que se esconden de las
sombras. Punto.
Mario Alva
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