Acabó la etapa distrital de las ligas
de fútbol de la provincia y poco o nada cambia con referencia a años
anteriores. La dirigencia de siempre, con sus errores y horrores; sumase a
esto el preocupante incremento de los arreglos en dinero por fallos que
convengan al mejor postor, trayendo abajo el esfuerzo honesto de
instituciones que ven con pena e
indignación, como un sinvergüenza se llena los bolsillos de
dinero y peor aun, se burla de ellos.
Los árbitros son hartamente conocidos. Los mismos
de hace 10 y hasta en algunas ocasiones de hace 20 años. Si, así como
lo leen. Los mismos de hace 20 años, derramando en los gramados su hoy obesa
figura, su inoperancia y falta de calidad arbitral, la misma de hace esa
cantidad de años.
Los jugadores por otro lado, hacen gala de su poca
preparación para este tipo de torneos. Sin un estado físico que les permita
terminar un partido de pie, sin la preparación técnica que no permita arrancar
risas y/o enojos de las tribunas; y sin la preparación táctica que les permita
obtener con honradez, un resultado beneficioso para su club.
Tema aparte, aunque caserito de esta columna es
el tema de los "entrenadores de fútbol". El año pasado se puso de
moda los "entrenadores a distancia" y no lo decimos por los cursos
que llevan sino mas bien por la forma de dirigir. Es inaudito ver como
existen dirigentes que permitan que sus equipos sean dirigidos por
celular. Es increíble. El colmo de la desfachatez de parte de
estos que se dicen técnicos de fútbol, pero peor aún, el colmo de la estupidez
de aquellos que lo permiten.
Pero en lo que queremos incidir más para escribir esta
columna, es el arribo de algunos individuos que astutamente llegan a estas
tierras a engañar a incautos dirigentes con el cuento de "entrenadores de
fútbol". Presentan un curriculum lleno de copias fotostáticas
que sabrá el "diantre" de donde las sacó. Y con eso
se hace acreedor a un puesto de trabajo por demás de inmerecido.
Es tal el caso de un sinvergüenza salchichero que
llego a la tierra de los tamales de la mano del hijo de un ex-dirigente
provincial. Parece que eso lo avaló. Y como el incauto a engañar era cercano
al enganche, pues fue fácil ganarse la confianza del pagador. Lo
primero que hizo fue pedir dinero para comprar materiales porque sin ellos no
podía realizar su labor. Al final de cuentas los materiales siguen nuevos, ya
que nunca los utilizó, o no los supo utilizar. Pero no llegó sólo, trajo
algunos "paquetitos" con rotulo de jugadores, algunos de ellos cobraron
una suma importante de dinero pero nunca firmaron. Los que se
quedaron fueron dados de baja después de algún tiempo y es que jamás
demostraron el menor entendimiento de lo que era jugar fútbol. Solo para este
embustero valían la pena, y claro que valían, por que aparte de que
estos jóvenes eran lo que reflejaba el nivel del conocimiento de su
mentor, eran los que le abonaban una parte de su dinero recibido por el
contrato que pactaban.
Quienes se quedaron y los que estaban desde antes,
siempre mostraron su descontento con este tipo. "Ganaba mas que
muchos y hacía menos que ninguno". Así lo definieron.
Costaba creerlo, pero en alguna ocasión llegó a "trabajar" en el
estadio de la ciudad en mención. Durante el larguísimo tiempo que estuvo en el
gramado, lo vimos sentado en un rincón sin atinar a dar alguna orden que
siquiera mueva a sus jugadores. El calentamiento lo dirigía un jugador, el
entrenamiento lo proponía un gordito que hacía las veces de asistente o
preparador físico, o sabe Dios de que. Pero este tipo, ni se inmutaba.
Disfrutaba viendo como los jugadores se mataban corriendo como
locos sin ningún orden en el campo y él, bien gracias, esperando
la hora de irse para "picar" para sus pasajes. Hasta que
por fin el dueño del equipo se dio cuenta, después de varios cientos
de soles desenfundados, y lo desembarcó, lo desaforó, lo botó. "Lo
justo", diría el gerente deportivo.
Entonces creíamos que por fin descansaríamos de esta
forma disimulada de hurto agravado. De esta forma descarada de
estafa. Pensábamos que se habían acabado los que apañaban a
estos sinvergüenzas. Pero estábamos equivocados, porque cuando
mas tranquilidad mental teníamos, debido a su ausencia, apareció dirigiendo
indebidamente, grotescamente, con la conchudez que le otorga su incapacidad, a
la Academia Municipal Provincial. Si. Con indignación debo afirmarlo. Este
tipejo incapaz, petulante, engreído, tonto, impresentable, dirige
cobardemente la Academia de Fútbol de la Provincia. Tamaña insensatez de
las autoridades municipales o favores políticos.
Que méritos tiene este sinvergüenza. Que autoridad
avaló su contratación. Quien puede pensar que este incapaz puede dirigir los
destinos deportivos de los niños y adolescentes de la provincia. Que derecho
tiene este energúmeno a cortar el desarrollo y mejoramiento de
las capacidades futbolísticas de tantísimos jóvenes.
No comprendo como habiendo tantos buenos
profesionales en lo que a entrenamiento de fútbol se refiere, pueden darle tan
delicada labor a este ESTAFADOR. Ya basta. Lo reclama la sociedad. Lo exige la
realidad. No podemos tolerar que venga cualquier foráneo a quitarle un puesto
de trabajo a un conciudadano, menos aún si es incapaz. Hasta cuando
tenemos que ver como niños y adolescentes son mal tratados deportivamente por
quienes solo esperan fin de mes para llevarse a los bolsillos el producto de
sus perversas actitudes.
Sabemos que este hombrecito se cree dueño
del complejo de Luriama. En complicidad con quien trabaja en guardianía, no
dejan que otras academias y escuelas de fútbol realicen sus prácticas
futbolísticas. Lo peor es que como resultado de su incapacidad, solo
cuentan con tres niños. Que buena suerte. Sentarse
a mirar como juegan pelota tres niños y ganarse un sueldo a fin
de mes. Eso se llama "ESTAFA AL ESTADO". Por que es el estado quien
le paga.
Hay un personaje de televisión que lleva su mismo
nombre, pero al menos se gana a la gente con su "simpatía y carisma",
pero este tipo no tiene ni eso. Aparte de lo incapaz es antipático, petulante
grosero, chismoso y le encanta mucho indisponer a los demás técnicos con las
madres de familia de los niños que participan de la academia municipal. Eso se
llama cobardía.
Queda en ustedes señores autoridades de la
municipalidad de Barranca, cortar de raíz tanta desvergüenza,
tanto abuso, tanta incapacidad al servicio de
la juventud barranquina. Tomen en cuenta que por quedar
bien haciendo favores políticos no pueden poner en riesgo el futuro deportivo
de los niños y jóvenes de Barranca.
Y a ti, si nadie es capaz de solucionar este problema,
pues seguirás estando en la mira. Seguiremos de cerca tu desempeño y
daremos a conocer tu haraganería con la cual trabajas, y con la cual
te llevas un dinero de Barranca. Con nombre y apellido.
HAsta la próxima...
YAMASAKI
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