Lo que empezó como un sano esparcimiento, donde los que participaban del torneo en Galpón, prolongaban sus actividades futbolísticas en ambiente de confraternidad, amistad. Desde hace algunos años, ello quedo de lado para en cada campeonato se den agresiones principalmente a los árbitros. Sin dejar de lado las broncas entre propios jugadores e hinchas. La última fecha del campeonato master en Puerto Supe, concluyó con una bochornosa avalancha de golpes al árbitro Francisco Cruz, quien tuvo que refugiarse entre los integrantes de un equipo que había jugado anteriormente, para salvarse de una agresión con consecuencia mayor. Y esto deviene, cuando algunos equipos comenzaron a pagar a los jugadores para que puedan jugar por sus equipos, entonces la obsesión por campeonar toma un matiz diferente, la amistad queda de lado para que la competencia sea una cuestión ya de rivalidad descarnada.
Hace alguno años dábamos algunas pautas para que el torneo retomara la idea primigenia, cambiándose la edad (la totalidad más de 40 años), que no haya premios en efectivo, tan solo trofeos y por supuesto que se acabe la venta de licor. Los dirigentes de la Asociación, y los participantes mismos deben entender, que prolongar jugando al fútbol debe ser recreativo antes que nada; por consiguiente deben acabar con ello de estar pagando a los jugadores, ya que ello trae como consecuencia lo anteriormente dicho.
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